De pronto ya es verano, hace calor y pensamos casi sin descanso en irnos de vacaciones. Viajar en coche es una opción muy atractiva por la libertad sin límites que ofrece, pero antes de salir, piensa un momento: tú no caminarías miles de kilómetros bajo un sol abrasador sin, por lo menos, cerciorarte antes de salir de que tu estado es perfecto, ¿verdad? Pues lo mismo pasa con el coche. Antes de salir, ¡toca revisión!
• Comprueba todos los niveles: agua, aceite (a ser posible, cámbialo), líquido de frenos, batería… Parecen cosas obvias, pero suelen ser las responsables de sorpresas bastante molestas.
• Cambia los neumáticos o, por lo menos, asegúrate de que estén bien. Fíjate en su dibujo, en la banda de rodadura y en la presión. Después del invierno pueden haber llegado bastante dañados.
• Comprueba los frenos. Y ante cualquier chirrido extraño, vete a un taller. Por si acaso.
• Asegúrate de que tanto los amortiguadores como las luces están en perfecto estado.
Estas son las precauciones básicas, pero ya puestos, ¿por qué no ayudar a nuestro coche a empezar el verano con pie mucho más firme?
• Cambia las escobillas del limpiaparabrisas.
• Lava el coche, por fuera, por dentro y por debajo.
• Protege las superficies de vinilo para que no las dañe el sol. Hay productos especiales para esto.
Con todos estos cuidados, el verano será más fácil y más seguro para todos. Y darle un (necesario) mimo al coche de vez en cuando nunca viene mal.
