El final de agosto significa para muchos el final de la época más deseada del año: se acaban de las vacaciones y, con ellas, el verano. No obstante, hay quienes han optado por trabajar durante los meses más calurosos bajo la caricia del aire acondicionado y empiezan ahora su etapa más feliz. Si eres uno de ellos, pero aún no has escogido destino, te proponemos uno: una ruta en coche por las regiones de la Toscana y Romaña, al norte de Italia.
Lo ideal es empezar en Livorno, antiguo puerto al que puedes llegar en ferry desde Barcelona (con tu coche a bordo), pero tampoco te entretengas demasiado en esta pequeña ciudad: estás a pocos kilómetros de Pisa, y sería una pena que te fueses sin ver la famosa torre inclinada.
Esa misma carretera te llevará hasta Florencia, donde deberías pasar por lo menos un par de días para hacerte una idea de todo lo que significa la ciudad para el arte occidental. ¿Un consejo? Planea bien adónde quieres ir antes de salir y haz reservas, que esta ciudad no entiende de temporadas bajas. Además, evitarás marearte ante la cantidad abrumadora de posibilidades museísticas.
En la segunda parte del viaje, que te llevará de Florencia a Forli atravesando el valle del Arno, es cuando agradecerás más haber escogido el otoño para tu escapada. Y no por los precios más bajos o el menor número de turistas, sino por la belleza de los paisajes. Además, estarás en plena ruta del vino chianti por el que es famosa la Toscana.
A través de Romaña llegarás a Forli, donde tienes dos opciones para acabar tu viaje: puedes subir hasta Bologna y comprobar si su vida nocturna animada por los universitarios es tan vibrante como dicen, o puedes continuar hasta Ravenna, en la costa del Adriático, repleta de tesoros bizantinos. Volverás a casa cargado de fotos con las que aguantar hasta el otoño que viene.
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