Un día, por casualidad, ves un coche y el flechazo es instantáneo. Es sencillamente perfecto, hecho a tu medida. Pero, como en la vida, hay relaciones que se toman su tiempo, que necesitan esfuerzo, valentía y trabajado duro para que se hagan realidad.
Esta es la historia de José y Rubén Fidalgo, padre e hijo, y de su pasión por un Subaru SVX.
El pasado 10 de marzo, durante la presentación de la temporada de 8000vueltas, pudimos ver muchos Subarus únicos. Espera, ¿es que algún Subaru no lo es? Sin embargo, de entre todos, un Subaru SVX amarillo llamaba la atención con especial fuerza. No es para menos. Es el único en España.
¿Y cómo llega uno a hacerse con un coche tan mítico? Valen tres palabras para responder: tiempo, pasión y valentía. Todo comenzó en 1991. Rubén y su padre José vieron el Subaru SVX en una revista por primera vez y les hechizó. Volverían a encontrarse con él en 1993, en el número 181 de la revista Automóvil, y pudieron comprobar que la realidad supera a cualquier imagen cuando se encontraron el coche en las calles de A Coruña, en 1995. “Suponemos que era de Luis Moya, que por aquel entonces corría con Carlos Sainz en Subaru”, señala Rubén.
Cada vez que veían el Subaru SVX parecía que el destino quería decirles algo. Sabían que sería un reto conseguirlo, que habría que recorrer muchos caminos, que tendrían que armarse de paciencia y pasión a partes iguales, que habría piezas por buscar para ponerlo a punto y que no sería fácil …
Pero, ¿qué más da eso cuándo estás persiguiendo un sueño junto a tu padre? Un #SubaruOffRoaders nunca se rinde y ellos lo son.
Rubén y José no encontraron su SVX a la primera. Mientras no desistían en su búsqueda, Rubén leía todo lo que caía en sus manos sobre el coche. “Tengo todas las revistas publicadas en España con pruebas del SVX”, menciona. “Antes de comprarlo ya sabíamos sus puntos débiles. Salvo la caja de cambios (que es cara de reparar), los otros defectos son menores y subsanables. Así que, ¿por qué no?”, apuntilla.
Fue en 2007 cuando consiguieron el Subaru SVX amarillo. “Vi un anuncio en una revista. Avisé a mi padre y fuimos a verlo. Se enamoró de él. Así que vendimos un coche que tenía y compramos el Subaru SVX”, comenta Rubén. “Tenía una vibración en la transmisión, no funcionaban los mandos de los elevalunas y alguna cosilla más”, recuerda.
Aunque los arreglos no eran demasiado complicados para dos expertos del motor -José fue electromecánico de la Renfe y José, ingeniero industrial, asesor técnico y probador de coches- hallar las piezas que requerían era otra dificultad añadida. Por eso, cuando encontraron otro SVX decidieron comprarlo también para usarlo como donante. “Lo compramos y luego nos dio pena desguazarlo. Al final, conseguimos una caja de cambios en Alemania por Ebay, la reparamos y la montamos. Desde entonces, lo que hemos hecho ha sido poner en el SVX amarillo aquellos elementos que estaban en mejor estado y algunos accesorios, como el spoiler original”.
SVX AMARILLO
Que el Subaru SVX tuviese la carrocería amarilla fue obra del destino caprichoso, puesto que no era un color que buscaban. “Cuando vi el SVX amarillo en el anuncio no pensé que fuese nacional sino importado. Resulta que, aunque se trata de un coche destinado al mercado alemán, se importó nuevo a España en 1996 como un pedido especial. De hecho, ya no estaba en los catálogos españoles, pero un arquitecto de León se encaprichó y consiguió que le importasen un ejemplar. Nuestro SVX es el último que se ha matriculado en España”, dice.
Desde su compra, el Subaru SVX ha requerido mimos y atención, y lo sigue haciendo. “Nos ha costado mucho encontrar la bomba de agua y seguimos intentando encontrar el módulo que controla el encendido de la luz de cortesía interior. Hay dos tipos de módulos. El normal, y el del nuestro que tiene un apagado retardado y con un peculiar sistema de apertura de puertas (se pueden desbloquear sin llave mediante un código de seguridad con morse)”, explica Rubén.
Como Subaristas y auténticos #SubaruOffroaders, Rubén y José no se conforman con tener el coche en el garaje. Cuando le preguntamos si su padre, superados los 80 años, continúa conduciendo, Rubén comenta orgulloso: “Por supuesto… prácticamente es su coche de diario. Nos parece un buen coche para los viajes que hace mi padre de A Coruña a León. El cambio automático y los asientos hacen que sea comodísimo. El motor bóxer es una delicia y la tracción total integral “no viene mal” en un recorrido en el que la lluvia y la nieve son frecuentes. Es impresionante lo bien fabricado que está. Pese a tener casi 300.000 kms encima y 22 años, no tiene ni un solo grillo en el interior y su aerodinámica hace que puedas ir a velocidades elevadas sin escuchar turbulencias. No nos gustan los uniformes y éste se sale de lo normal y es un buen coche”, comenta.
En su búsqueda por encontrar coches diferentes, Rubén habla de Subaru. “Es una marca apasionante. Desde siempre ha seguido su propio camino y no se parece a los demás. Solo por eso ya se merece una atención especial. Sí, me entusiasma el mundo del automóvil y en general me gustan la mayoría de los coches, pero que en realidad me apasionen hay muy pocos… cada vez menos. Por ejemplo, un modelo de Subaru que me encantaría conseguir es el pequeño Subaru 360, me parece una joya del ingenio y tiene personalidad”, culmina.
*Gracias a José y a Rubén por contarnos cada detalle del Subaru SVX amarillo que forma parte de la historia de Subaru, pero también de la suya.