Estamos en pleno verano, sumergidos en un mar de olas de calor casi sin tregua. En invierno habíamos soñado muchas veces con esto, pero la verdad es que ahora mismo daríamos lo que fuera por un poco de brisa fresca con olor a mar… ¿Imposible? Claro que no. Cógete unos días y huye al norte. Tu coche, tú, y la costa cántabra.
Te proponemos una ruta de dos o tres días (dependerá de cuánto tiempo quieras estar en cada sitio), desde San Vicente de la Barquera hasta Castro Urdiales, visitando los pequeños pueblos marineros que salpican la costa y perdiéndote por las carreteras secundarias que siempre acaban en algún lugar digno de ver.
San Vicente de la Barquera es el comienzo perfecto. Date una vuelta por su casco histórico y coge la N-623 en dirección a Santander. Te encontrarás con el puente de los 28 ojos, que debes cruzar sin respirar, antes de desviarte hacia la playa del Tostadero, desde donde continuarás hacia Comillas por una bella carretera.
De Comillas (y su playa con el ángel exterminador) hasta Santillana del Mar (que ni es santa, ni llana, ni tiene mar), y tras un paseo por el pueblo, puedes seguir hasta Santander (una capital después de tanta villa no viene mal del todo). Desde Santander, coge la A-8 hasta Santoña, con parada obligada en su playa de Berria.
Nos acercamos al final. Laredo y Castro Urdiales serán las últimas paradas, con sus puertos y faros. Ponte una chaquetita por la noche para no pasar frío e intenta recoger algo de brisa marina en tus pulmones para que te acompañe en tu camino de vuelta a casa. Afrontarás el calor con ánimos renovados.