La vuelta a Ibiza Mountain Bike ha sido este año un éxito rotundo de participación, superando claramente el millar de participantes. La popular prueba por etapas en la isla blanca es un reclamo para muchos aficionados por diferentes razones físicas, técnicas, psicológicas y por supuesto paisajísticas. Ibiza es un destino más que conocido por su ambiente veraniego, sus maravillosas playas y sus fiestas, pero también existe una Ibiza que atrapa a los miles de aficionados al deporte que cada año la visitan.
Llegada
Nuestra participación en este ronda es ya “veterana” y nuestras cinco ediciones nos permiten afrontar con sabor cada momento de las tres etapas y sus más de 200 kilómetros de recorrido. Un año más llegamos con el ferry gracias a nuestro compañero de batallas, Subaru Forester, gracias al cual podemos además conocer rincones privilegiados de la isla.
Por motivos laborales siempre acudimos toda la semana completa a la isla para preparar el trabajo durante los tres días de competición, algo que nos obliga a movernos mucho para buscar localizaciones y nuevos planos de imagen. Al ser una disciplina de montaña es vital gozar de garantías para llegar con el vehículo a los lugares de trabajo y acción, por ello, el Subaru Forester nunca nos defrauda.
Presentación
La presentación oficial a los medios tuvo lugar en un maravilloso entorno junto al mar en la marina deportiva de Ibiza, donde allí tuvimos la oportunidad de conocer los detalles de la nueva edición con el propio organizador.
Recogida de dorsales
El padock habilitado para esta edición de la Vuelta a Ibiza fue del agrado tanto de aficionados como de los propios pilotos, pasando por los expositores que veían cómo el público abarrotaba la zona expo, ofreciendo un ambiente que una gran vuelta merece. Además de la recogida de dorsales, los aficionados podían ver material específico de Mountain Bike, así como tocar y probar algunas de las novedades.
Triple acción
Después de nuestras sesiones de fotos y acción previas a la competición, llegaba el momento esperado por todos: la salida de primera etapa junto al puerto de Ibiza. El ambiente entre participantes, familiares y público asistente era sobresaliente, abarrotando literalmente todo el paseo y sus aledaños.
La primera etapa de 63 km. sirvió para calentar motores y sufrir los temidos atascos que a consecuencia de la mezcla entre participación y nivel técnico se produjeron en las primeras bajadas de sendero técnico single track. Aun así, el ambiente, la exigencia física y el precioso recorrido nos mantuvo activos y disfrutando del esfuerzo.
La segunda jornada de la Vuelta a Ibiza es la etapa reina sin duda con 80 km. donde la dureza de sus senderos y la técnica están repartidas con la belleza del entorno. La salida tuvo lugar en Sant Antoni de Portmany y la llegada en Santa Eulalia donde tiene lugar tras el esfuerzo la tradicional Pasta Party.
La tercera jornada de esta edición competía con la anterior por su espectacular belleza y un recorrido nada fácil, con casi 60 kilómetros y dos avituallamientos. Con las piernas ya fatigadas tras dos etapas exigentes, nos esperaba sin duda la subida más complicada físicamente de la vuelta a Ibiza, una temida rampa de cemento con más del 20% que precedía a otras más tendidas pero de mayor continuidad. Pero las vistas, los senderos y las calas por donde transitábamos hacían de revulsivo para cargar las baterías y afrontar los kilómetros finales para finalizar un año más esta preciosa vuelta por etapas.
Una vuelta que lo tiene todo
La Vuelta a Ibiza ofrece una organización modélica que mima y trata personalmente a cada participante. Una organización que marca hasta el mínimo detalle el recorrido y que dispone de un grupo de voluntarios que no tiene precio. Es muy destacado los ánimos que desde el primero hasta el último voluntario nos ofrecen a los participantes. Una organización que ha sabido evolucionar con el paso de los años y que cada año nos sorprende con algo más. Desde la zona expo hasta las nuevas ubicaciones del trazado y la salida. Una organización que cuida el medio ambiente y que transmite el valor de una Ibiza deportiva y tan desconocida todavía para muchos.
¿Por qué merece la pena venir a la Vuelta a Ibiza?
Recorrido completo de auténtico Mountain Bike
Paisajes y senderos sorprendentes
Excelente organización y trato personal
Experiencia para compartir con familia o amigos
Reto físico y técnico
Descubrimiento de una Ibiza natural
Experiencia deportiva, cultural y gastronómica