Ahora que estamos metidos en pleno invierno y el termómetro de nuestro Subaru nos lo recuerda todas las mañanas, muchas veces creemos que las opciones de ocio para las tardes se limitan a quedarse en casa viendo una película calentitos en el sofá o salir a tomar un chocolate (calentito) en algún café. ¿Es así? Claro que no: en invierno también es posible moverse y una opción divertida es el patinaje sobre hielo.
Al contrario que otros muchos deportes de invierno, donde es necesario más tiempo para desplazarse, más dinero para el alquiler del equipo e incluso una mejor forma física, el patinaje sobre hielo es apto para planes improvisados y bolsillos poco boyantes.
¿Cuándo y dónde practicarlo? Nada más fácil: durante los meses de diciembre y a veces enero, muchas ciudades en toda España montan una pista de hielo al aire libre, donde te permiten además alquilar los patines. Además, si tienes suerte y vives en una de esas ciudades con pista todo el año (como Madrid), no dudes en aprovecharla: son pistas mejores, más grandes y menos pobladas.
Al principio te costará un poco, los pies se te irán hacia los lados y verás imposible soltarte de la valla. Pero unos minutos más y enseguida se hará el milagro (y sí, también es posible que te caigas alguna vez, pero sin hacerte daño). ¿Un último consejo? Si vas a una pista temporal, procura hacerlo durante los primeros días… al final las pistas parecen más de nieve que de hielo (y no alquilan esquís).
