Después del caluroso verano japonés, lleno de festivales (matsuri) y fuegos artificiales (hanabi), septiembre llega con aire fresco: comienza el otoño.
Y justamente una de las tradiciones más bonitas de septiembre y, por ende del inicio del otoño, es la contemplación de la luna, también llamada ‘luna de otoño’ o ‘luna de la cosecha’ que, según la tradición japonesa (importada de la tradición china) es la luna más bonita del año. Esta actividad recibe el nombre de tsukimi (月見), que literalmente significa ver o contemplar (見) la luna (月).
Para la ocasión, los japoneses decoran sus casas con ofrendas a la luna como por ejemplo las bolitas blancas de arroz prensado tsukimi-dango junto con un arreglo floral de ramas o muestras de las nuevas cosechas. Así, piden a la diosa de la luna, hermana de la diosa del sol, que les bendiga con una buena cosecha. Durante la contemplación, las familias comen algunas bolitas de arroz junto con verduras y frutas de temporada mientras contemplan la luna y el conejo que vive en ella y que está haciendo mochi o pasta de arroz prensado. O al menos eso dice la leyenda, aunque si nos esforzamos, tal vez veamos en las sombras de los mares lunares su silueta…
Existen algunas fiestas específicas para la contemplación de la luna, especialmente en santuarios, templos y algunos castillos. Quizás una de las más conocidas es la kangetsu-kai o fiesta del castillo de Matsumoto. No en vano, este castillo tiene un balcón específicamente diseñado para la contemplación de la luna. Para la ocasión, el castillo se ilumina y abre por la tarde-noche para permitir que los visitantes paseen por sus jardines mientras contemplan la belleza de la luna de otoño y disfrutan de actividades lúdicas como teatro o música tradicional en el balcón.
Este 2016, la fiesta del tsukimi se celebra la semana del 12 de septiembre. No dejéis de contemplar la luna y de saludar al conejito que vive en ella para comenzar con buen pie -y totalmente a la japonesa- esta temporada de otoño.