No sé muy bien por qué, de dónde me vino aquello…
Desde muy pequeñita siempre pensé que no quería tener una vida cualquiera. Que no quería estar cada día en el mismo lugar, a la misma hora y haciendo exactamente lo mismo. Soy un alma libre, necesito y me dan vida los cambios y el riesgo que conllevan. Es realmente fácil dejarse llevar como un hámster en su rueda, pero yo no había nacido para eso.
Uno puede elegir muchas cosas en la vida, pero hay otras que vienen de serie en tu personalidad y que siempre se abren camino. Es un instinto, o si lo prefieres, algo así como un GPS que te dice hasta dónde tienes que llegar. ¡Y encuentras la forma de llegar! Vaya que si lo haces; aprendes a superarte cada día, a retarte, a encontrar soluciones creativas cuando parece que no hay salida y a seguir insistiendo hasta conseguir lo que quieres.
Con tan solo 16 años se me presentó la oportunidad de trabajar por primera vez, en televisión y de presentadora. ¡Imaginaos el cambio de vida! Tuve que dejar mi colegio por un instituto nocturno para poder trabajar por las mañanas e ir a clase por la tarde hasta que terminé mis estudios, que siempre han sido muy importantes para mí. Supuso mucho esfuerzo, sí, pero ahí me di cuenta que estaba empezando a encarrilar mi vida por un camino diferente, que me llenaba, que me aportaba mucho, como siempre había querido. Así continué durante 8 años, para pasar directamente a presentar otro programa en el que trabajé durante 5 años más, a la vez que terminaba mi carrera de periodismo.
Y después vinieron otros, y otros, y otros trabajos. Con compañeros, horarios, localizaciones diferentes… Esto me ha ido obligando a cambiar en varias ocasiones de ciudad, de ritmo de vida, de responsabilidades, pero ha reforzado aún más mis ganas de volar, de inventar, de vivir nuevas aventuras como una auténtica #SubaruOffRoaders. Mi última etapa empezó hace 4 años en Madrid, cuando un día decidí llenar el coche hasta arriba y plantarme en la capital en busca de nuevos retos, no ha hecho más que traerme nuevas sensaciones y alegrías; aunque por supuesto no ha sido fácil. Y como me gusta y lo necesito, cuando puedo, sin planear nada, me escapo. Dejando la ciudad para aparecer en la playa, campo o la montaña. Preparo cuatro cosas en casa, emprendo camino y comienzo a disfrutar desde el primer minuto de una buena música que me acompañe, del paisaje… que nada os pare los pies.
¿Cuál es vuestra próxima aventura?