Diciembre es uno de los meses más intensos para los japoneses, en el que no sólo se despiden del año que acaba con las fiestas bonenkai (tenéis más información de ellas aquí), sino que se preparan durante semanas para la llegada de un nuevo año.
Uno de los preparativos más importantes ante la llegada de un nuevo año es el osoji, la gran limpieza de fin de año. Durante el mes de diciembre, los japoneses se dedican en cuerpo y alma a limpiar de manera exhaustiva sus casas, comercios, oficinas y escuelas. El osoji es una limpieza concienzuda en la que se limpian aquellos rincones que no se han limpiado tanto durante las limpiezas semanales. Y dado que es una limpieza exhaustiva no sólo de nuestras casas, sino también de oficinas y escuelas, todos participan en ella: familias enteras limpiando sus casas, grupos de trabajadores limpiando sus oficinas o estudiantes de todas las edades limpiando sus colegios… es un esfuerzo colectivo.
Es evidente que detrás del osoji hay un claro componente espiritual muy conectado con la filosofía sintoísta. Limpiar la casa es limpiarnos a nosotros mismos, purificarnos, por decirlo de alguna manera. Comenzar el año en una casa limpia y ordenada es comenzar desde cero, purificados y limpios, tanto física como espiritualmente.
Así pues, una vez comenzado diciembre, nos toca mover todos y cada uno de los muebles de nuestra casa, oficina o escuela y limpiar concienzudamente cada rincón. Es una tarea ardua y cansada, pero nos permitirá comenzar el año nuevo con muy buen pie.
¡Adelante con el osoji!
Imágenes de Kingsnet, twgreatdaily, nihon81 y eblog