Las izakaya son los bares tradicionales japoneses, perfectos para tomar una cerveza o algún alcohol típico japonés (como un highball, sake, shochu o los antiguamente famosos hoppy) y acompañarlo de una gran variedad de tapas a precios bajos. Además, son básicas en la cultura corporativa japonesa. Y es que después de trabajar, muchos japoneses acuden a las izakaya con sus compañeros de trabajo para relajarse, tomar unas cervezas y cenar algo antes de volver a casa.
Como si de un bar de tapas se tratara, las raciones de las izakaya son pequeñas y están hechas para compartir. La idea es comer poco de muchas cosas, de manera que al final acabemos saciados y llenos, aunque no hayamos comido mucho de ningún plato concreto. Así pues, uno de los errores principales que hará un turista que no sepa nada de estos bares japoneses es pedir un plato individual… ¡hay que compartir!
Algunas izakaya son pequeños antros en los que apenas hay unos pocos taburetes en los que sentarse en la barra, mientras que otras tienen mesas y sillas de estilo occidental, mesas en el suelo al estilo tradicional o hasta reservados perfectos para grupos.
De la misma manera, algunas izakaya se especializan en una elaboración concreta, mientras que otras sirven un montón de platos diferentes. Así pues, podemos encontrar izakaya donde sólo sirvan brochetas a la parrilla yakitori, aunque con una carta extensa con varias brochetas diferentes (tradicionales con pollo y cebolleta, de piel de pollo, de hígado, de riñones, etc.), por poner un ejemplo, y otras izakaya donde se sirva un gran abanico de platos, desde elaboraciones clásicas a creaciones modernas.
Tradicionalmente, una de las mejores maneras de detectar una izakaya era gracias a los farolillos rojos de papel akachōchin, que en ocasiones también mostraban cuál era la especialidad de la izakaya. Si bien esta práctica ya no es tan frecuente en la actualidad, todavía encontramos muchas izakaya con su farolillo rojo colgado al lado de la puerta invitándonos a entrar, especialmente en los callejones más tradicionales y en muchas ciudades más pequeñas.
Izakaya hay en todas partes, pero si estáis en Tokio, os recomendamos dar un paseo por el callejón Golden Gai, entre Shinjuku y el barrio rojo de Kabukicho, donde encontramos más de 270 pequeñas izakaya de todo tipo; el callejón Omoide Yokocho, paralelo a las vías del tren en Shinjuku y repleto de pequeños bares especializados en brochetas yakitori; o la calle Hoppy de Asakusa, que obtuvo su nombre justamente por una bebida alcohólica que se inventó en una de las múltiples izakaya que llenan esta calle de poco más de 80 metros de largo al lado del templo Sensoji.