Este invierno he tenido la oportunidad de vivirlo de una forma muy diferente, sin preocuparme de nada a la hora de hacer lo que más me gusta: viajar. Decimos adiós a una temporada que ha sido especialmente cruda en nuestro país y gracias a mi Subaru Forester he podido disfrutar de la alta montaña sin límites.
Mi último destino ha sido Boí Taüll, un gran descubrimiento donde hacía años que no disfrutaba tanto del esquí. En la provincia de Lérida, se trata de la estación más elevada del Pirineo con una cota máxima de 2751 metros y orientación norte, además de unas temperaturas gélidas que garantizan unas condiciones de nieve realmente buenas.
Tiene una longitud esquiable de más de cuarenta y cinco kilómetros y pistas para todos los gustos, de hecho la gran mayoría son amplias y muy anchas, perfectas para aprender, perfeccionar y sobre todo, ¡divertirse!
Aunque las temperaturas no superaban los cero grados, el cielo se despejó casi por completo durante la mayor parte de nuestra estancia y pudimos aprovechar al máximo todos esos kilómetros de nieve polvo.
Para los amantes del fuera pista y la travesía, sin duda ésta es su estación: con más de dos metros y medio de espesor fue una gozada ver a decenas de esquiadores deslizándose por nieve virgen.
Nosotros tuvimos la suerte de estar prácticamente solos durante todo el fin de semana, bajando por pistas recién pisadas… ¡Una experiencia única!
Además la zona me ha parecido preciosa, merece la pena recorrer sus pueblos románicos en tu Subaru y probar la gastronomía de la tierra.
Es imprescindible callejear por el misterioso Taüll y visitar su Iglesia Sant Climent, del S.XI, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se puede subir a su representativo campanario, donde tendréis vistas únicas del pueblo y el singular cementerio.
Ahí mismo podéis comer en el Restaurante Fai, nosotros saboreamos platos típicos como la butifarra o el conejo a la brasa. También os recomiendo el Restaurante La Granja, con guisos de temporada y pucheros para reponer fuerzas.
Estuvimos alojados en el Hotel Augusta, muy tranquilo y con unas vistas inmejorables de las montañas nevadas. Cuenta con un spa estupendo donde podrás relajarte después de un largo día de esquí.
Desde aquí sólo tendrás que recorrer cinco kilómetros por una sinuosa carretera hasta llegar a la estación, disfrutando de la tracción 4×4 del Subaru Forester, suave y seguro llueva, nieve o con ventisca. Está equipado con ruedas de invierno que no necesitan ningún tipo de cadenas… ¡atraviesan la nieve como si no estuviera!
Además con sus cámaras trasera y lateral (situada en el retrovisor), no perderás detalle en las maniobras más complejas. Y otro imprescindible para entrar en calor después de esquiar: sus asientos calefactables, una maravilla.
Por supuesto, cuenta con portaesquís y un enorme maletero para el resto del equipaje.
En definitiva, el coche perfecto en el lugar ideal para despedirnos del invierno pero no de la temporada de esquí… Todavía queda mucha nieve para seguir disfrutando, ¡no os la podéis perder!
Fotografías: Álvaro Puerto (http://alvaropuerto.com)