El aquaplaning se produce cuando bajo los neumáticos del coche (o la moto, el vehículo en general) se forma una capa de agua que impide que el neumático y el asfalto se unan. Es decir, se produce cuando deja de haber contacto entre el neumático y la carretera. El resultado es, como podéis imaginar, que no existe tracción ni agarre efectivo en el neumático que lo sufre.
Si ocurre en los cuatro neumáticos tenemos un coche incontrolable que se desliza puramente por inercia, sin posibilidad alguna de arreglar el entuerto. Es un fenómeno muy peligroso porque es realmente difícil enderezar la situación cuando el aquaplaning hace acto de presencia.
Por qué se produce aquaplaning y cómo se puede evitar
La razón de que se produzca aquaplaning es sencilla: los neumáticos no pueden evacuar la suficiente cantidad de agua y «flotan» sobre ella. Eso son palabras mayores, y también es una definición simple de por qué ocurre. El dibujo de los neumáticos está diseñado para garantizar adherencia en condiciones de mojado al evacuar el agua (o sea, sacarla del camino del coche y garantizar que haya una superficie mínima de goma en contacto con el asfalto).
La evacuación de agua está limitada por varios factores: el dibujo del neumático (si es un neumático de lluvia o de invierno desalojará mejor), la cantidad de agua presente en el asfalto, y la velocidad a la que circulamos. Y esos tres factores nos dan las pistas suficientes como para evitar sufrir aquaplaning.
No somos pilotos de F1, así que no necesitamos correr lo máximo posible en cualquier situación. Podemos sospechar condiciones propicias para sufrir aquaplaning si llueve con mucha intensidad y:
- vemos que el asfalto no está drenando lo rápido que se espera, o sea, vemos claramente charcos en la vía
- tenemos los neumáticos «en el límite» o mal de presiones
- circulamos a una velocidad inadecuada por exceso
Con estas situaciones tenemos bastantes papeletas para experimentar el aquaplaning en la forma de… con suerte, tan solo una sensación de «dirección floja», que no responde a nuestros deseos. Con mala suerte estaremos fuera de la vía. Lo que hay que tener en cuenta para evitar el aquaplaning y, sobre todo, salir bien de la situación, es:
- adaptar la velocidad a las condiciones de la vía y de la meteorología
- en caso de notar principios de aquaplaning, soltar ligeramente el acelerador (nunca bruscamente, ni apretar el freno) de forma que el coche vaya recuperando tracción mientras pierde velocidad
Lo que queremos decir con esto es que el aquaplaning lo puede sufrir cualquiera: un piloto de F1 mientras circula a 300 km/h en un circuito anegado por el agua, o un conductor cualquiera, a 80 km/h por una comarcal de tercera en una noche de tormenta. Si vemos que llueve muy intensamente, si vemos que se forman charcos en la carretera…. aflojemos el ritmo. Tendremos más visibilidad y nuestros neumáticos serán capaces de evacuar toda el agua necesaria.
Foto | Grant C