En invierno, si vivimos en una zona montañosa y donde nieva con frecuencia, es probable que nos encontremos la carretera nevada en algún momento. Como sabemos, en las zonas de nevadas frecuentes se suele esparcir sal por las carreteras, pero cuando la nieve persiste, no es raro ver carreteras blancas, en las que necesitamos sí, o sí, poner cadenas. En los últimos tiempos, los neumáticos para invierno empiezan a ser una opción interesante, que pueden sustituir a las cadenas, pero si no disponemos de este tipo de ruedas, conviene saber cómo se colocan las cadenas para nieve.
La colocación de las cadenas de nieve es de esas cosas que uno cree no necesitar saber, pero cuando en medio de un viaje nos sorprende la nieve, agradeceremos profundamente tener, al menos, unas pocas nociones teóricas sobre dónde se colocan, cómo se sujetan, y cómo debemos circular con ellas sobre la nieve y el hielo. No importa si vivimos en la soleada costa, si viajamos en coche en invierno, la probabilidad de encontrarnos con una situación de nieve que exija cadenas no es despreciable.
Cadenas para nieve tradicionales
Hay muchos tipos de cadenas metálicas, pero todas tienen un proceso muy similar para su colocación. Principalmente, suelen tener un aro del que cuelgan varias pequeñas cadenas, que al final se abrochan entre ellas para envolver de esta manera toda la rueda. El aro irá en la parte interior del neumático, y abrocharemos las pequeñas cadenas en la parte exterior del mismo.
- Lo primero: las cadenas irán en las ruedas motrices. Es decir, detrás si hablamos de propulsión trasera (siempre que haya máximo 1 cm de nieve, si no van en las cuatro), delante si hablamos de tracción delantera o en las cuatro para los 4WD.
- Ordenamos las cadenas, de forma que no se enreden entre ellas a la hora de iniciar el proceso.
- Una vez desenredadas, pasamos el aro por detrás de la rueda y lo cerramos, de forma que quede, como comentamos, en el interior.
- A continuación tenemos que ir abrochando las pequeñas cadenas en la parte externa de la rueda. Aquí seguiremos las instrucciones del fabricante, pero asegurándonos de que queden bien fijas.
Como regla general, con las cadenas puestas iremos el tiempo y la distancia necesaria (y no más) mientras nos encontremos nieve en la carretera. Nunca pasaremos de 40 o 50 km/h, conduciendo tranquilos y sin prisa. Ir demasiado rápido con cadenas puede tener consecuencias negativas porque estos elementos no están fabricados para circular a más velocidad, solo sirven para romper la nieve y darnos tracción sobre terreno helado.
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