Cuando sube un impuesto para ayudar a financiar cosas como a Sanidad, uno tiende a estar atento a cómo funciona en el momento de ponerse en marcha, y sobre todo cómo va cuando pasa el tiempo y se puede echar la vista atrás. En el caso del céntimo sanitario, que se impuso en Castilla y León la pasada primavera, y que por tanto ya puede ser examinado con lupa. Y la verdad, aportar parece que aporta poco.
Hay que poner las cosas en contexto, porque una cosa es la facturación de combustible, y otra bien diferente es la recaudación del céntimo sanitario para financiar diferentes servicios públicos. Y depende de cómo se mire, el resultado final puede ser muy diferente.
Menos consumo de carburante, pero ¿más recaudación?
Se estima, según la Asociación de Estaciones de Servicio regional de Castilla y León, que el consumo ha disminuido en la friolera de 150 millones de litros de carburante, equivalente a unos 9 o 10 millones de euros de ventas. Menos ventas, menos recaudación de impuestos en general, pero ¿no se está recaudando, realmente, más dinero con el IVMDH? Es que antes no existía, por tanto sí, la financiación de la sanidad y otros menesteres ha tenido un incremento muy interesante para el gobierno autonómico.
El problema es para los proveedores de combustible, que ven cómo sus clientes se decantan por repostar en provincias limítrofes con el centimazo menos acusado. Ese es el verdadero problema. Cae el consumo particular, caen las ventas, cierran estaciones de servicio, pero eso sí, el centimazo se sigue ingresando en las arcas públicas, cosa que antes no existía. Y por eso, según como se mire, el centimazo es un éxito, o bien una ruina absoluta.
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Vía | Motorpasión
Foto | Diego3336
