Parece el argumento de un capítulo de series como La que se avecina. O sea, algo tan surrealista e improbable que en principio nos resistimos a creer y nos arranca hasta una sonrisa. Lo que ocurre es que, en realidad, el hecho es suficientemente grave como para que nos lo tomemos a broma.
En un plazo razonablemente corto se han dado hasta tres casos de conductores que, tras haber perdido el carnet debido a infracciones reiteradas o muy graves (perdiendo todos los puntos), se disponían a recuperarlo «a lomos» de sus respectivos coches. En ese momento, mientras se desplazaban inocentemente a las dependencias donde recibirían de nuevo su preciado carnet, fueron parados aleatoriamente por la Guardia Civil y pillados en flagrante delito. ¿Inocentemente?
Sí, es delito circular sin el permiso correspondiente. Es un delito sobre todo si este permiso fue retirado debido a infracciones graves (o continuadas con pérdida de puntos). Si estas personas circularon sin permiso para recuperar el retirado, ¿cómo sabemos que no circularon más veces sin el correspondiente carnet?
El problema de circular sin carnet no es que uno no sepa moverse o que no sepa interpretar las señales. Es, sencillamente, la demostración de que, para esa persona, cualquier interés y respeto por las normas establecidas es pura coincidencia. Tras ser desprovisto del carnet, demuestra que no tiene interés alguno en asumir que las normas hay que cumplirlas (aunque no estemos de acuerdo con ellas).
Presentarse circulando alegremente en su coche particular tiene un punto irresponsable de desafío (aunque fuese involuntario) a la autoridad que, efectivamente, está marcado como un delito. Creo que alguna vez hemos hablado aquí del incumplimiento inadvertido de las normas: ¿no saber que existe una norma nos exime de cumplirla? ¿Incumplir una norma por omisión es más o menos grave que incumplirla con alevosía?
En estos casos, desde mi punto de vista, está claro que incumplir una norma debe acompañarse de la sanción que proceda (o en el caso de cometer delito, de la pena correspondiente). No podemos escudarnos en un infantil «no lo sabía» o «es que ahora mismo me dan el carnet». Un problema recurrente en nuestra sociedad es lo laxa que es nuestra disciplina, en ocasiones. ¿Nos colamos en el cine sin entrada porque «primero me acomodo y luego, ya si eso, pago la entrada?».