
Nos desplazamos en coche y el combustible se consume. Atascos, frenazos, aire acondicionado para no morirnos de calor… El gasto es inevitable y nadie pretende convencerte de lo contrario, pero el gasto es también reducible. Y de eso sí que te vamos a intentar convencer con algunos consejos:
- Arranca sin acelerar. Si tu motor es de gasolina empieza la marcha nada más arrancar; si es de diésel, espera unos segundos antes de hacerlo.
- Circula en las marchas más largas y a bajas revoluciones.
- Mantén tu velocidad estable. Los frenazos y acelerones son siempre contraproductivos.
- Si vas de viaje, intenta escoger la ruta menos congestionada. Evitarás atascos, que consumen combustible y nervios.
- No sobrecargues tu coche con demasiadas maletas. Cada 100 kilos de peso significa un 5% más de consumo. No uses la baca si no es estrictamente necesario.
- No te pases con el aire acondicionado, quédate entre 22 y 23 grados. Y ya no solo por el 20% de consumo que puedes sumar si te pasas, sino por el catarro asociado que llega muchas veces.
- No utilices el coche para trayectos muy cortos (¡utiliza el transporte público!)
Tan solo hace falta poner un poquito de nuestra parte. Lo notará el planeta a largo plazo y a corto plazo te lo agradecerá tu bolsillo, por lo que el esfuerzo vale la pena. Y tampoco es que sea un gran trabajo, ¿verdad? Al fin y al cabo se trata simplemente de adquirir nuevos hábitos. En cuanto los interiorices, te costará creer que en algún momento has conducido de otra forma.
Vía: Consumer