Todo lo que necesitas saber sobre el motor híbrido de los Subaru


Los coches híbridos son el futuro, pero lo bueno es que ya están aquí. Las ventajas de combinar dos tipos de propulsión en un único vehículo son muchas, empezando por la eficiencia de consumos de combustible y la menor cantidad de emisiones contaminantes. Otras ventajas adicionales son el aumento del confort y la reducción de la contaminación acústica en ciertos entornos. En ese caso estamos hablando de soluciones híbridas gasolina-eléctrico, en las que la parte eléctrica solo emite un zumbido que pasa muchas veces inadvertido para los que rodean el coche.

Subaru también tiene una solución híbrida, y hoy vamos a verla a fondo. Se trata de una combinación gasolina-eléctrico que permite al conductor beneficiarse al completo de las ventajas antes comentadas. Además, la transición de una propulsión a otra es suave y eficaz. Para ver cómo funciona el motor híbrido de Subaru vamos a utilizar unas pequeñas imágenes que representan qué pasa en diferentes estados de la conducción.

Cómo funciona el motor híbrido de Subaru

Como vemos, tenemos dos imágenes exactamente iguales de cómo está funcionando el motor híbrido, pero en realidad corresponden a dos situaciones diferentes. Una es la de circular a velocidades extremadamente bajas (a un máximo de 10 km/h), como en un parking mientras nos encaminamos a la salida del mismo, aquí no es necesario derrochar la energía por lo que solo el motor eléctrico entra en funcionamiento.

Ocurre lo mismo al comenzar la marcha. Si salimos de un semáforo por ejemplo, solo es necesario el motor eléctrico, que se mantendrá hasta que sea necesario el aporte de energía extra del motor térmico, porque cuando éste gira a bajas velocidades es comparativamente mucho menos eficiente que el eléctrico. Así, dependiendo de lo que le exijamos al motor, incluso a las velocidades más bajas puede ser que experimentemos cómo el motor de combustión arranca. Lo notaremos también en una cuesta arriba pronunciada, donde es posible que el motor eléctrico dé paso rápidamente al térmico para salir ágilmente del «embrollo».

Estas dos situaciones son también interesantes. A la izquierda vemos el que quizás sea el modo de utilización más frecuente. En esas condiciones estaremos utilizando ambos motores en equipo, de forma que si circulamos a velocidades medias, el motor eléctrico apoyará al de combustión, lo que nos proporciona aceleraciones interesantes.

A altas velocidades (gráfico de la derecha) será el motor térmico el que haga todo el aporte energético para mantener la velocidad. El cerebro electrónico que regula la utilización de ambos motores puede dedicar parte de la energía del motor térmico a recargar las baterías eléctricas.

La imagen de la izquierda muestra la situación de regeneración energética, es decir, el aprovechamiento de una energía que en otra situación es desperdiciada, pero que en los motores híbridos se emplea en recargar las baterías. Esto sucede siempre que no pisamos el pedal de acelerador o, lo que es más habitual, cuando pisamos el pedal de freno. Además de esa función de frenado es posible aportar cierta cantidad de carga a la batería eléctrica y aumentar ligeramente la autonomía.

En cuanto a la última imagen, se corresponde al momento en que frenamos y detenemos el vehículo, momento en el que se apagan los motores y se entra en un estado de «suspensión» del que se sale volviendo a acelerar. O bien, cuando salimos del coche y quitamos el contacto, claro.

Conducir un híbrido es especial porque te aporta sensaciones que no habías probado antes. Es más silencioso, es más cómodo a bajas velocidades, es más suave, gasta menos. Esperamos que con esta sencilla guía tengáis algo más claro cómo funciona el motor híbrido de Subaru.

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