Subaru Impreza WRX STi con Carlos Sainz Jr: “No esperaba un coche de calle con tanto agarre”

Carlos Sainz Jr ha heredado los genes de su padre. No solo en el hecho de que le gusten los coches, hay algo más: se aplica a ellos con una mezcla de pasión y rigurosidad que, sin duda, le harán llegar lejos y no son comunes entre los chavales de 15 años. Por ello se ha alzado ya con importantes triunfos, como el Campeonato Madrileño de Karting o el de Asia Pacífico.

Aunque no tiene carnet de conducir, el madrileño Circuito del Jarama ha sido escenario de una de sus primeras tomas de contacto con un coche de serie de altas prestaciones: nada menos que el Subaru Impreza WRX STi, un vehículo de 300 caballos de potencia al que Sainz miraba ahí plantificado frente a los boxes como muchos de sus compañeros de clase observan las tartas de chocolate.

No tuve que explicarle demasiadas cosas para que empezase a rodar y le configuré el coche para que la respuesta del motor fuese la más agresiva, y la de los diferenciales, automática, pues los tres que lleva también pueden regularse desde la cabina para adaptarse a las cualidades del firme. Así armado Carlos salió a pista y rodó unas siete vueltas completas en las que comprobé varias cosas: traza como los ángeles, demuestra sensatez al no tomar riesgos innecesarios y tiene ligeros problemas con lo único que nunca ha tenido que pelearse: el cambio de marchas. Tras su prueba, charlamos un buen rato.

“No esperaba que un coche de serie tuviese tanto agarre”, fue lo primero que se le escapó nada más soltar el volante, esbozando una sonrisa de oreja a oreja. Todo un piropo, pues los karts que pilota, con su arquitectura y bajo peso, son mucho más rápidos en paso por curva puro y duro. “Y además resulta muy fácil de conducir, llama la atención”, comentó el joven piloto, “es un coche agresivo, deportivo, pero noble a la vez”. El excelente reglaje de la amortiguación y la tracción total logran que la efectividad del STi sea, sin duda, una de sus mejores virtudes. Y en esta ocasión el ajuste es ligeramente menos radical que en generaciones anteriores, con lo que puede ser usado como coche para todos los días sin que se resientan los riñones.

“También me han sorprendido sus bajos, la fuerza del motor a bajas vueltas”. Efectivamente, el nuevo STi ha incrementado la cilindrada de 2.0 a 2.5 litros, y en contubernio con el turbo logra que su par motor se eleve a unos contundentes 407 Newton metro, todavía más sorprendentes que la potencia máxima.

Con las miras altas

El objetivo de Carlos Sainz Jr es poder vivir de la competición, ser un piloto profesional. Y por ello no descarta llegar a lo mas alto, a la Fórmula 1. “Sé que es difícil y que se necesita mucho tesón y algo de suerte, pero no descarto nada”. De lo que estamos seguros es de que también podría trabajar como periodista de motor. Porque todavía nos dijo más cosas interesantes sobre el Impreza STi.

“Tiene unos frenos excelentes, aunque en el circuito han llegado a calentarse demasiado”. Sin duda, el Impreza tiene una soberbia capacidad de deceleración, pero las pastillas de freno de los coches de serie no aguantan mucho tiempo en circuitos. Y no es posible vender Imprezas con las de competición porque éstas necesitan calentarse para funcionar bien y no queremos salir del garaje y empotrarnos con la primera farola. Así que poco más que unas pastillas y unas barras antivuelco separan a un Impreza STi de un coche de carreras.

Sainz no se fue sin comentarnos que la estética del coche le parece sensacional: “Es muy chulo y llamativo”, confesó.

En definitiva, Sainz disfrutó como un apasionado de este coche para apasionados, que se cuenta entre los modelos de serie más parecidos a los de competición, aunque en su última versión se ha moderado para que pueda cumplir las funciones de coche para todos los días. Su precio, 44.900 euros en su versión básica, es uno de los más asequibles del mercado para vehículos de este calibre.