Parece mentira, pero no lo es. Normalmente cuando nos hablan de pruebas de choque pensamos en vehículos que impactan frontal y lateralmente contra muros de hormigón con muñecos especialmente diseñados para ello en el interior. Pero esta vez el Insurance Institute for Highway Safety (IIHS) ha querido poner a prueba algo más: los techos de 12 modelos diferentes de vehículos, y para ello ha endurecido sus criterios de prueba.
Este organismo independiente sin ánimo de lucro, financiado por las principales compañías aseguradoras del país, ha creado unos nuevos estándares de medición que exigen que los vehículos a prueba puedan soportar una fuerza cuatro veces superior a su peso. Y de la última ronda que ha realizado basándose en estos criterios, sólo cuatro de los doce vehículos analizados han obtenido una puntuación de ‘bien’. Entre ellos está, por supuesto, el Subaru Forester. Otros cinco obtuvieron la puntuación de ‘aceptable’, con un 3,25, otros dos la de ‘marginal’, con 2,5, y otro de ellos de ‘pobre’.
El IIHS aplasta el techo de cada automóvil utilizando una placa metálica a una velocidad constante. La fuerza se ejerce sobre uno de los laterales, y si un fabricante quiere irse con la máxima puntuación, sus techos no podrán deformarse más de cinco pulgadas o, lo que es lo mismo, 12,7 centímetros. El Forester lo ha conseguido.
Además, aquí te mostramos un video demostrativo de las pruebas. ¡No te lo pierdas!
