Subaru Forester BI-Fuel (3)

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Ni ruidos ni vibraciones. El Forester BI-Fuel se desenvuelve por las calles como un coche de gasolina, incluso con mayor suavidad. Su motor boxer de cuatro cilindros opuestos y 150 CV no parece enterarse de que se mueve con un combustible poco convencional, el GLP. Tampoco hay olores extraños, y la presión en el acelerador obtiene respuestas francamente parejas a las de la versión gasolina. Rizando el rizo podemos apreciar más fuerza en baja, algo perfecto para la ciudad y un uso normal del coche, y algo menos según nos acercamos a la zona roja. Breves diferencias en todo caso, imperceptibles casi.

Todo esto encaja a la perfección con la suavidad y confort generales del vehículo. El Forester nos transporta con mimo, haciendo confortables los largos viajes. Además, gracias al excelente ajuste de sus suspensiones independientes en los dos ejes, su agilidad es superior a la que suelen conseguir modelos tan confortables y altos.

Por eso no es una locura meternos con él en pistas de tierra y disfrutar de una conducción animada. Mientras el control de estabilidad VDC se encarga de que las cosas no se tuerzan, las suspensiones digieren los baches haciendo que parezcan más pequeños y las curvas se negocian con agilidad propia de reglajes más deportivos. Y en este contexto puede ser divertido usar las marchas reductoras para exprimir todavía más el motor.

Aunque no tenemos cifras oficiales, el gasto de combustible es realmente bajo. Llenar el depósito a un precio un 50% inferior al de los combustibles tradicionales es un gustazo, y aunque usando GLP el coche bebe un poco más que si estuviese utilizando gasoil, el ahorro puede rondar, sino ese 50%, sí un 40%. El RACE estima que un conductor medio puede ahorrarse 700 unos euros en gasolina al año utilizando un coche con GLP.

De serie, todos los Forester BI-Fuel llegan ampliamente equipados e incluyen airbags frontales, laterales y de cabeza, control de velocidad, faros de xenón, climatizador, anclajes Isofix, asientos delanteros calefactados o marchas reductoras, entre otros elementos.

En definitiva, solo la pereza de no acudir al surtidor de GLP más cercano puede apartarnos de lograr un ahorro importantísimo gracias al Forester BI-Fuel. Por prestaciones, agrado de conducción y fiabilidad encontramos nuevas razones a su favor. Y si conseguimos ayudas a la compra, entonces la jugada es redonda.

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El Forester BI-Fuel se desenvuelve por las calles como un coche de gasolina, incluso con mayor suavidad.

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