Cuando el Gobierno anunció hace cosa de dos meses la polémica medida de reducir la velocidad máxima a 110 km/h, hubo pocos que creyeran que se fuese a cumplir y por lo tanto a tener un efecto real sobre el consumo. Los resultados, no obstante, son distintos: durante el mes de marzo, el consumo de carburantes bajó un 7,9%.
Esto supone un ahorro de 94,2 millones de euros, en los que com el mismo ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha admitido, han influido además de la medida de los 110 km/h, el alto precio del combustible: una combinación de posibilidad de multa y gasolina cara que seguro que ha tenido mucho que ver.
De hecho, las cifras son bastante impresionantes cuando nos ponemos a compararlas con las de otros años: este mes de marzo de 2011 ha sido el que ha tenido el consumo más bajo desde 2003, y la demanda de gasolina sufrió la mayor caída (de un 12,7%) desde septiembre de 2001.
Lo que está algo menos claro es que el Estado haya logrado recaudar algo gracias a la medida: contra todo pronóstico, la cantidad de multas ha bajado, y la caída en el consumo de combustible provoca también una caída en los impuestos que se ingresan. La visión del ministro de Industria, por supuesto, es otra: además de aclarar que los fines de la medida nunca fueron recaudatorios, aseguró que lo de los impuestos no es un gran problema, ya que al gastar menos en gasolina, los ciudadanos pueden gastar más en otros productos.
Habrá que ver cual es el balance final de la medida, pero de momento parece que una cosa está clara: si el objetivo era reducir el consumo, se está consiguiendo.
Vía | Consumer
Foto | Daniel Lobo