Las gafas de sol son más que un complemento al volante

No importa que sea verano o invierno, pero el hecho es que la intensidad de la luz puede molestarnos en cualquier momento mientras conducimos. Si es invierno, los reflejos del agua en el suelo, de la nieve, o la dispersión de la luz en las nubes pueden cegarnos momentáneamente.

La cuestión es que, según el RACE, un importante número de conductores españoles no conocen los riesgos de conducir sin utilizar gafas de sol. De hecho el 12% de los conductores españoles no utiliza nunca gafas de sol, y si relajamos el criterio de nunca a «alguna vez», se nos va a un tercio de los conductores. Y aunque el riesgo exista en todo el año, los meses de verano son especialmente delicados por la mayor cantidad de horas de sol, y de intensidad de la radiación ultravioleta.

Los principales riesgos derivados de un deslumbramiento pueden ser el atropello a peatones o ciclistas, la colisión por alcance, generalmente en ciudad, una salida de la vía e, importante, pero pocas veces considerado, la pérdida de visibilidad a la entrada y salida de los túneles. Todo esto se podría aliviar en gran medida utilizando unas gafas de sol en condiciones.

Hay que recordar que, en caso de necesitar gafas graduadas (obligatorias para conducir), las gafas de sol deben estar graduadas. No podemos evitar un riesgo asumiendo otro más grande, y de hecho, como es normal, no llevar las gafas de sol graduadas cuando lo necesitamos por prescripción puede ser motivo de multa.

Las recomendaciones del RACE para el tipo de gafas de sol a utilizar son «las gafas de sol con filtro solar inferior a la categoría 4 y preferentemente con cristales de color gris, ya que respetan mejor los colores naturales«. Tened en cuenta estos consejos, nos ayudarán a conducir con mayor comodidad y, a la vez, con mayor seguridad, tanto para nosotros como para los conductores de nuestro entorno.

Vía | Terra Motor
Foto | Sidewalk flying