Seguro que si tienes algún problema de visión leve y no utilizas gafas ni lentillas, te fastidia bastante que una revisión haya indicado en tu carnet que sí necesitas lentes. Es posible incluso que hayas logrado librarte con algún pequeño engaño. No te vamos a felicitar por ello, solo te vamos a explicar por qué la vista es el sentido más importante a la hora de conducir y por qué tus ojos prefieren unas gafas.
Piénsalo bien: el 90% de la información que recibimos al conducir llega a través de nuestros ojos. «Pero yo leo las señales sin problemas», dirás. ¿El problema? No se trata tan solo de recibir la información de forma correcta: los problemas de vista sin corregir provocan que forcemos los ojos, que nuestro campo de visión sea más estrecho, que nos cansemos más y reaccionemos más tarde.
La consecuencia es un aumento de nuestras posibilidades de sufrir un accidente. Y no nos lo estamos inventando: según la RACE, el 11% de los conductores ha sufrido alguna situación de riesgo derivado de sus problemas de visión.
La solución es tan sencilla que hasta da un poco de rabia tener que decirlo: utiliza las gafas o lentillas que te ha recomendado tu médico, vete al oculista una vez al año, no uses gafas de sol no homologadas… Y no creas que eres raro por tener que llevar gafas: el 45% de los conductores tienen algún defecto de visión diagnosticado. Y, aunque solo el 57% está obligado a llevar lentes, el 74% lo hace.
Se trata de tu seguridad y la de los demás usuarios de la vía. Y en cuanto te acostumbres a ver bien te darás cuenta de lo más fácil: estarás mucho más cómodo.
Vía | autoconsultorio
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