
En esta serie de entradas, daremos un breve repaso a los impresionantes récords de Subaru en el Campeonato Mundial de Rally (WRC), desde sus prometedores comienzos hasta su actual situación, bien asentado casi siempre en zona de podio, pasando por sus conquistas del Mundial de Fabricantes por tres años consecutivos, entre 1995, 1996 y 1997.
Haremos especial hincapié al aspecto visual, con fotos sacadas de los anales de los rallies, y veremos la evolución del Impreza, la joya de la corona de la marca japonesa en el WRC, y las transformaciones que ha ido sufriendo con el tiempo. Comenzamos:
El WRC es una competición automovilística en la cual participan numerosos fabricantes de vehículos que se pueden adquirir comercialmente, pero cuyas características son modificadas para la conducción en condiciones extremas y muy variadas, que van desde asfalta, arena y grava hasta terrenos embarrados y nieve. Subaru participa en el WRC desde 1990, con la intención de demostrar la excepcional calidad y seguridad de sus vehículos 4×4 en todo tipo de terrenos, y al mismo tiempo para obtener valiosa información en condiciones extremas, analizarlas y aplicar los resultados a su gama de vehículos comerciales.
1990, como hemos dicho, fue el primer año en el que Subaru inscribió a sus vehículos en un WRC. Concretamentte, en el Safari Rally africano, una durísima prueba que a día de hoy no forma parte del circuito oficial del WRC (desde 2003), y que transcurre entre Kenya, Uganda y Tanzania. Subaru llevó a esta edición 5 ejemplares del Legacy RS para el Grupo 1, y un modelo del Legacy RS que cumplía las especificaciones (practicamente sin modificaciones) de lo que se llamó Grupo N. De los 59 vehículos que tomaron la salida, sólo 10 superaron las implacables condiciones del recorrido y tocaron la meta de Nairobi. Aquel año, el Legacy del Grupo 1, pilotado por Jim Heather-Hayes (co-pilotado por Antón Levitan), quedó el 6º en la general. En el Grupo N, el Legacy RS de Patrick Njiru (junto a David Williamson) quedó también entre los 10 primeros, en una dignísima 8ª posición, y obtuvo la 1ª plaza del Grupo N, que recordemos que se trataba de vehículos que practicamente no llevaban modificaciones para condiciones extremas. De hecho, era la primera vez que un vehículo del Grupo N llegaba a la meta en la historia de este complicadísimo circuito, desde su primera edición en 1953.
No está mal para una primera toma de contacto con el WRC.
