El miedo a conducir


Es algo que afecta a un tercio de los conductores y la mayoría de las veces se confunde con inseguridad o poca preparación. Nada más lejos: la amaxofobia es una enfermedad (una fobia) que hace que haya conductores que sienten pánico a la hora de ponerse al volante. Es prepararse para hacer un trayecto en coche y sentir sudores fríos. Pero, ¿esto se cura? ¿Cómo?

Lo primero es saber que estamos afectados por esta singular fobia. Como con cualquier otra fobia. La reacción exagerada frente a situaciones específicas como conducir de noche, con lluvia, o ponerse en autovía pueden ser indicativos del problema, aunque en algunos casos basta con dar el contacto para sentir que no seremos capaces de circular con normalidad.

Como decimos, reconocer los síntomas es muy importante para poder superar las dificultades que afronta un conductor con miedo a conducir. No es necesario en principio ponerse en manos de un especialista, pero si vemos que es algo que no podemos solucionar por nosotros mismo, entonces es el momento de dejarse guiar por alguien especializado.


Una vez sabemos que tenemos amaxofobia, el segundo paso es reflexionar. ¿Qué situaciones me ponen tenso al volante? Enumerémoslas: conducir de noche, o conducir de noche con lluvia… Esto nos lleva al siguiente punto: idear soluciones para estas situaciones. Reflexivamente, haremos un análisis de qué podemos hacer para neutralizar ese miedo. Evidentemente evitar el problema no es una solución.

Con las soluciones planteadas, nos queda interiorizarlas. Hacerlas reales en nuestra mente. Es la única manera de luchar contra un miedo (por ejemplo el miedo a la oscuridad), y en el caso de conducir, no tiene por qué ser diferente. La pregunta es ¿por qué vamos a ser incapaces de conducir, si ya lo hemos hecho?

Es muy importante volver a conducir, acompañados si lo vemos necesario, pero teniendo presente las situaciones que nos causan desasosiego y enfrentándonos a ellas armados con nuestras soluciones, ya interiorizadas. Conducir, conducir y conducir hasta que veamos que naturalmente somos capaces de hacer algo que antes nos daba miedo, o nos aterrorizaba.

Si los síntomas persisten o seguimos cayendo en el pánico, hay que acudir a un especialista. Tómatelo con calma, y lo superarás.

Más información | Fundación MAPFRE
Fotos | bradleygee, russeljsmith

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