La noticia no ha dejado a nadie indiferente: el Gobierno acaba de anunciar que el límite de velocidad en autovías y autopistas bajará a 110 km/h a partir del próximo 7 de marzo. Y esta vez no es por razones de seguridad, sino por simples razones económicas: la medida supondrá un ahorro en consumo de energía.
Según los datos proporcionados por el propio Gobierno, esta reducción del límite de velocidad permitirá ahorrar un 15% en el consumo de gasolina y un 11% en el de diésel. Por supuesto, habrá que modificar señales de tráfico y el sistema de multas, pero también han querido aclarar que el carné por puntos no se verá afectado por la medida.
Se trata de un cambio inesperado y repentino provocado por la situación que se está viviendo ahora mismo en los países del norte de África (en especial en Libia), que ha hecho aumentar mucho la factura energética: por cada 10 euros que sube el barril de petróleo, España acaba gastando uno 6.000 millones de euros al año, lo que hace necesario recortar gastos de este tipo.
El lado bueno de la noticia es que se trata de una medida temporal, aunque su fin dependerá de la evolución de la situación económica en general y de la de los países exportadores de petróleo en particular. Habrá simplemente que armarse de paciencia y olvidar nuestras prisas.
Y, desde luego, lo que no deberíamos es mirar atrás buscando precedentes: este tipo de medida se ha tomado tan solo en otra ocasión en España, en 1973 con la crisis del petróleo. En ese momento no había límites de velocidad en las vías, y a raíz de la subida del precio del combustible limitó a 120km/h la velocidad en autopistas y autovías y a 80km/h la de conductores noveles… ¡esperemos que esta vez se trate de algo realmente temporal!