El Impreza diésel ya está a la venta

Mallorca sirvió de escenario para su presentación internacional este mismo mes, y ahora el Impreza D está ya en los escaparates de los concesionarios de Subaru. Un coche muy esperado y que acerca la marca a más clientes que nunca. Esto se explica fácilmente: pertenece a la categoría de coches que más se vende en Europa, y si a esto sumamos un motor diésel –por vez primera en la gama Impreza- y un chasis con un buen ajuste pero alejado de las incomodidades de los más deportivos, el resultado es un modelo capaz de resultar interesante para un público muy amplio.

Gran motor
Vehículos como el Forester o el Legacy ya incluyen el motor 2.0 litros de cilindros opuestos –bóxer– de Subaru, con lo que empezamos a conocernos bien. Antes de arrancarlo saltan ya a la vista algunas de sus virtudes. En primer lugar, la citada disposición de cilindros logra un centro de gravedad muy bajo, que mejora con la inclusión en su parte inferior del turbo. Esto fomenta las virtudes dinámicas del coche. Además, el hecho de que los cilindros giren enfrentados logra que se “autorregulen” y no sea necesario ningún tipo de sistema mecánico auxiliar para eliminar vibraciones, algo imprescindible en los motores tradicionales. Por último, la inyección directa se realiza por conducto común, la solución que ha conquistado el mercado diésel.

Una vez en marcha, sus mejores bazas son sus nulas vibraciones, la gran suavidad de funcionamiento y la excelente fuerza a bajas vueltas, que podemos concretar con cifras: su par máximo, 350 Nm –equivalente al de un motor de gasolina de 3,5 litros– es entregado a tan solo 1.800 vueltas. En todo ello se sitúa como uno de los referentes del mercado entre sus semejantes. El resultado lo redondea una cifra de consumos que habla por si sola: 5,8 litros de combustible cada 100 kilómetros en ciclo combinado.

Como esbozaba líneas atrás, su chasis mantiene el ajuste celestial de sus hermanos mayores, pero apuesta más claramente por el confort. Así, su amortiguación suave es perfecta para transportarnos con mimo y suavidad, pero sus genes de competición se palpan en que, a pesar de esta tranquilidad, cuando le exigimos responde con brillantez. Particularmente en terreno revirado y roto, donde la tracción total es todavía más importante.

El equipamiento de serie del modelo básico en acabado Classic, que se vende por 22.000 euros, incluye control de estabilidad, regulador de velocidad, airbags frontales, laterales y de cortina, radio CD, climatizador y llantas de aleación de 16 pulgadas, mientras que la versión Sport añade cargador de CD, faros de xenón, asientos deportivos, defensas específicas o llantas de 18 pulgadas por 25.500 euros.