Desde el 1 de noviembre es obligatorio el Control Electrónico de Estabilidad. ¿Sabes qué es?


El mes de noviembre empezó con buenas noticias para los amantes de los coches y la seguridad; el pasado día 1 se hizo realidad algo que, muchos, llevábamos años esperando: que el Control Electrónico de Estabilidad fuese un elemento de serie en todos los coches nuevos. Este sistema, a lo mejor lo conocemos más por sus siglas ESP, pero en su traducción al español deja muy claro qué hace: controla la estabilidad del coche en movimiento por medio de la electrónica.

Siendo un sistema de seguridad activa ahora obligatorio, el ESP seguirá trabajando en la sombra para evitar un gran número de accidentes en carretera que, anteriormente, se producían por derrapes, patinazos o por la inestabilidad que se inducía al coche por culpa de un volantazo demasiado vehemente.

¿Qué es lo que hace el ESP? ¿Cómo funciona?

El ESP es un sistema que permite al conductor mantener en todo momento la trayectoria del coche, sin importar que una o varias de las ruedas se encuentren sin agarre en un momento determinado. Es decir, en palabras llanas, el coche circula en la dirección que marcamos con el volante, independientemente del agarre.

Es evidente que este sistema no puede hacer milagros, así que si las cosas se ponen extremas, poco podrá hacer. En situaciones normales en carretera, de las que nos pueden suceder a cualquiera, y sobre todo ahora que empieza el frío y las lluvias en la mayor parte de España, sí que marca la diferencia, aunque la mayoría de nosotros no nos vamos a enterar de cuándo entra en funcionamiento.

El ESP se sirve de sensores y de los mecanismos propios del ABS para que, si se comprueba que el ángulo de giro de las ruedas no se corresponde con la trayectoria del coche, comenzar la actuación. Esto se consigue gracias a una unidad de control electrónico y unos actuadores situados en el sistema de frenado. Los sensores de ángulo de dirección, de velocidad de giro (comunes al ABS), y los de ángulo de giro y aceleración transversal envían la información a la UCE unas 25 veces por segundo.

En cuanto las informaciones no concuerdan, esta unidad de control toma cartas en el asunto y actúa en cada rueda de forma independiente para reducir su velocidad, de forma que el vehículo recupere la trayectoria. En algunos caos, en vez de frenar la rueda lo que hace es reducir el par motor, con lo cual se logra un efecto similar.

El ESP ha salvado múltiples vidas y lo seguirá haciendo, y esta vez, de forma obligatoria al ir instalado de serie. Es un elemento que, como dijimos al principio, salva vidas. ¿Por qué? Porque trabaja tan rápido que raras veces notaremos cómo nos quita par de una o varias ruedas, y si alguna vez lo sentimos actuar a «toda potencia», simplemente nos parecerá haber notado algo raro, pero seguiremos adelante sin mayor problema.

Sin duda es uno de los sistemas de seguridad más importantes que tenemos (y tendremos de serie) en el coche. Múltiples estudios de sus efectos y de su uso afirman que el ESP reduce el riesgo vial en un 80%, y lo colocan como el sistema de seguridad más importante tras el cinturón de seguridad.

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