Reconozco que la mayor parte de los artículos que escribo con recomendaciones a la hora de afrontar el mal tiempo en coche hacen mención al póquer de situaciones: lluvias, frío, hielo y nieve. Es casi como una receta básica que debemos saber, igual que hay que saber que cuanto «menos seco» esté el asfalto, más se alargará la frenada. Como hace poco que comentamos las precauciones a la hora de conducir en otoño, hoy vamos a variar el enfoque y hablar de unos detalles en cierto modo desconocidos.
Aparte de las inclemencias del tiempo, ¿en qué nos fijamos?
En otoño e invierno no solo nos debemos preocupar de los fenómenos climatológicos en sí, como la lluvia y la nieve, mientras nos movemos. Existen un montón de otros factores y situaciones que nos exigen ser más cuidadosos con el coche, empezando por dónde lo dejamos aparcado en otoño e invierno, y teniendo en cuenta cosas como echar un vistazo, de cuando en cuando, a los bajos del coche.
El viento y las tormentas: no es de lo más probable que nos puede pasar, pero tener el coche en la calle cuando hay mucho viento o tormentas fuertes puede acabar con abolladuras en la carrocería o daños en cristales y ventanillas. Incluimos aquí los efectos de las fuertes granizadas, que pueden dejarnos el coche para el arrastre como las piedras sean de buen calibre.
Abolladuras por caídas de frutos y ramas: no tiene por qué hacer fuerte viento para que nos encontremos con frutos caídos desde las ramas de los árboles, e incluso con una rama desplomada. Basta con que se dé esa casualidad.
Efectos corrosivos de diferentes elementos: la hojarasca es muy bonita de ver en el otoño, pero las hojas pegadas a la carrocería y a los bajos del coche tienen la virtud de corroer el material cuando pasa mucho tiempo. Su descomposición es bastante nociva para la pintura y otros elementos del coche. Por otro lado, la sal presente en las carreteras cuando nieva es algo que debemos controlar, y limpiar bien el coche por fuera y por los bajos cuando hagamos un viaje por carreteras nevadas.
Efectos de las bajas temperaturas: cuando la temperatura desciende muchos grados bajo cero, los efectos de ese bajón afectan a diversas partes del coche, por ejemplo la batería, y también en las cerraduras y las juntas porosas que sirven de aislamiento para el habitáculo. Hay que tener en cuenta que hablamos de mucho frío, pero que conviene controlar que no se nos cuela demasiada humedad al interior.
Más información | Huffington Post
Foto | Nicholas A. Tonelli
Un comentario
[…] del coche influye positivamente en la seguridad vial, por ejemplo al mejorar la visibilidad, y, al no tener hojas o cualquier desperdicio obstruyendo algún filtro, no contribuimos a acelerar la corrosión de la […]
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