La fatiga al volante provoca accidentes. Es la responsable de la falta de atención, de subestimar riesgos, de la somnolencia y de comportamientos aleatorios. Por eso es materia de estudio, y sobre todo, se intenta investigar cómo medir la fatiga al volante por medios no invasivos. Es decir, medir la fatiga del conductor basándose en medidas indirectas que muestren claramente que el conductor entra en un terreno peligroso.
El Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) ha realizado experiencias en laboratorio para medir esta fatiga a partir de «ciertas variables del vehículo (control lateral y de la velocidad), así como con señales fisiológicas (movimientos oculares, la respiración y el ritmo cardiaco)». Sin duda un paso adelante en la medición de este problema, sin interferir en el comportamiento del conductor.
Según el director de Automoción y Medios de Transporte del Instituto de Biomecánica, José Solaz, es necesario dar un paso más allá de las medidas habituales para garantizar una correcta respuesta ante este problema:
Esta información va más allá de los sistemas habituales, que simplemente detectan si la conducción se encuentra alterada por el sueño (por ejemplo, desviaciones del carril, maniobras bruscas del volante o cambios irregulares de velocidad), y son indicadores potencialmente muy útiles para anticiparse a la situación de riesgo inminente
Se trata de comprobar el estado del conductor para poder reaccionar correctamente. Cuando comenzamos a acusar la fatiga, la atención se disipa y el riesgo de sufrir microsueños es mayor. Estos microsueños provocan que el conductor deje de ser consciente, por pequeños espacios de tiempo, de la realidad, suponiendo el mayor riesgo al volante, que normalmente deriva en accidente. Y dependiendo de la velocidad o las circunstancias, puede ser un accidente grave, incluso mortal.
Todos los avances en esta materia son bien recibidos. La fatiga puede darse sobre todo en conductores poco acostumbrados a los viajes de larga duración, así que en época de vacaciones es clave poder controlarla. Hacerlo y conseguir sistemas de prevención eficientes puede suponer un gran paso adelante en la lucha contra la accidentalidad bajo estos supuestos.
Vía | Diario Siglo XXI
Foto | 310am