El airbag es un sistema de seguridad pasiva que sirve como complemento al cinturón de seguridad y, básicamente, ayuda a nuestro cuerpo a reducir su aceleración hacia delante en caso de colisión, minimizando las posibilidades de sufrir lesiones de gravedad. Es un sistema de seguridad que, gracias a él y en conjunto con el cinturón de seguridad, salva muchas vidas al año. Tal y como decimos en el titular y como hemos dejado entrever ahora mismo, el airbag no sirve de nada por sí mismo, y es más, sin ayuda del cinturón de seguridad puede provocarnos lesiones adicionales a las que provoca, de por sí, una colisión.
Así funciona un airbag
Un airbag tiene la intención de ser como un cojín que nos recogerá con suavidad cuando sufrimos una colisión. La centralita del airbag recibirá datos de desaceleración, entre otros, y decidirá cuándo se debe desplegar la bolsa. Este despliegue se realiza en centésimas de segundo y a partir del dispositivo pirotécnico que, al estallar de forma controlada, causa una reacción química que consigue inflar el cojín con nitrógeno. También salen polvos de talco, encargados de facilitar ese despliegue.
Este es el funcionamiento básico del airbarg, aunque hemos de refinar un poco la explicación resaltando el papel de los sensores y la centralita del mismo, y también hay que diferenciar los diferentes tipos de airbag de un coche: frontales, laterales, de cortina, de rodilla, posterior, central, para peatones, de cinturón de seguridad… Existen muchos tipos de airbag, pero no todos los coches y modelos incorporan todas las opciones.
Vídeo: así se despliega un airbag a cámara súper lenta
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Por la parte que toca a los sensores y la centralita, hay que decir que es en ese terreno donde se producen los mayores avances, pues a medida que se investigan mejor los accidentes y las colisiones, se toman mejores decisiones sobre cuándo desplegar el airbag y cómo hacerlo.
Para entender esto, pensemos que no todas las colisiones son iguales, ni mucho menos en el mismo sentido. Es decir, si colisionamos por alcance con el coche que nos precede en un semáforo, las características de desaceleración no serán las mismas que en un golpe en carretera, o de una colisión leve que va a estar precedida por una colisión más fuerte y esos patrones se pueden reconocer, por increíble que parezca, y las centralitas son capaces de valorar si tras la primera y leve colisión vale la pena no abrir el airbag por si acaso llega otra inmediata, pero mucho más severa.
El cinturón de seguridad es vital para que el airbag nos proteja
Esta es la segunda parte del artículo que, no por ser breve es menos importante. El airbag y su «rutina» de despliegue solo tienen sentido partiendo de que nos hemos abrochado correctamente el cinturón. Es decir, para entenderlo bien, se diseña el despliegue y los tiempos del airbag teniendo en cuenta cómo nos retiene el cinturón de seguridad y el tiempo aproximado que tarda nuestro cuerpo en despegarse del asiento. Por tanto, si no tenemos la retención del cinturón, el airbag nos va a hacer daño. Si estamos correctamente retenidos, el airbag nos va a salvar la vida. Es así de sencillo.
Así funciona el airbag, un dispositivo que esperamos que nunca tengas el «placer» de experimentar. Un consejo final: si alguna vez ves el testigo del airbag encendido de forma no habitual, hazlo revisar. Vale la pena y evitará un susto de importancia.