La carretera es una jungla y a veces nos encontramos con personajes que nos parecen irreales: ¿de verdad es posible conducir tan mal? Desde conductores erráticos, indecisos, agresivos, despistados, pasando por los que creen circular solos, los que creen tener siempre la prioridad en las rotondas o cualquier otro espécimen que se nos pase por la cabeza.
¿Sabrías reconocer a un conductor que pueda provocar una situación de riesgo en la carretera? ¿Crees que lo haces siempre perfecto? Con estos casos que te explicamos ahora veremos si puedes responder a las dos preguntas con un rotundo «sí».
Conducción errática
El conductor que vemos que no es capaz de mantener una línea recta, que oscila en el carril, invadiendo parcialmente el carril vecino para volver inmediatamente a su lugar, llegando a rozar el arcén… Ese conductor te está diciendo que va despistado, que va durmiéndose o que está manipulando algún mando o su smartphone. Incluso puedes ver si está discutiendo con su copiloto o con los pasajeros de la parte trasera. Evítalo a toda costa, o bien dejándole espacio, o adelantando y dejándolo atrás. La primera opción es la más segura, en realidad.
O no señaliza, o señaliza sin sentido
Si detectas que quien te precede está haciendo maniobras pero no pone el intermitente, desconfía. Es probable que si no utiliza los indicadores puedes olvidarse del espejo, aunque al menos estarás sobre aviso de que puede ser un conductor que haga movimientos imprevistos. ¿Nunca has visto cómo un conductor indica una dirección con su intermitente y se mueve en la contraria? Máxima precaución.
A la izquierda siempre mejor
Los conductores que se empeñan por circular siempre en el carril izquierdo son conductores que desconocen esa norma básica, y son conductores incómodos. Puede ser que circulen a 120 km/h clavados, con lo cual estarán bloqueando adelantamientos; puede que circulen con exceso de velocidad (los amos de la carretera), con lo cual son un peligro si no los ves y cuando adelantas se pegan a tu trasera; puede que vayan a 100 km/h, con lo cual no solo no tiene sentido, sino que molestan casi a propósito.
Rotondas, ¿por qué?
El uso de las rotondas parece un misterio de la humanidad que no se puede resolver. A pesar de que una rotonda se puede ver como una extensión natural de los carriles, hay quien pretende complicar las cosas y trazar las glorietas acortando lo máximo posible, algo que siempre está mal, pero es peor cuando estás rodeado de otros coches. También puedes encontrarte con personas que deciden parar en el exterior de la rotonda esperando a un pasajero, para hablar por teléfono o para cualquier cosa, entorpeciendo la circulación y poniendo de manifiesto el poco respeto que tienen por los demás conductores.
¿Qué tipos de conductores te ponen a ti sobre aviso de que estás cerca de alguien que, de conducir, sabe poco?
Vía | Motorpasión