Compartir el coche es una de las asignaturas pendientes para los españoles, ya que no está tan extendido como en otros países una práctica que mata dos pájaros de un tiro: lo primero y más evidente es que se reduce el número de vehículos en las carreteras. Eso implica que pueden reducirse los atascos o las retenciones, las esperas, el estrés, el ruido y la contaminación del aire. Casi nada, ¿cierto?
Lo segundo es que los gastos personales se reducen en una cuantía asombrosa: hasta el 75% de los gastos te puedes ahorrar si sigues esta práctica para ir al trabajo. Basta con juntarse un mínimo de dos compañeros, pero cuantos más sean los que se unen a compartir coche, mejor. Y como efecto colateral puedes estrechar lazos con los compañeros, algo que nunca viene mal.
Conocemos varias modalidades de no usar tu propio coche, pero la que más triunfa es compartir con otros los gastos de desplazamiento. Eso no tiene por qué significar que cada día vayamos en un coche diferente, simplemente llegamos a un acuerdo con los compañeros para sufragar gastos de combustible, peajes, etc… y nos encargamos de recogerlos como si fuésemos un microbús (lo cual no deja de tener cierta gracia9.
Otro modo de compartir es el «car sharing», pero en este caso el negocio funciona diferente: uno se hace socio, tiene una tarjeta y con ella puede disponer del coche cuando lo necesite. Evidentemente, este servicio implica que exista una flota de vehículos disponible para el usuario en diferentes puntos de la ciudad.
Sea como fuere, en tiempos de crisis todo ahorro viene de perlas, y los aproximadamente 2000 euros que dice el estudio que nos podemos ahorrar cada año en gastos nos vendrían de perilla para afrontar imprevistos u otros gastos que, como por ejemplo en la época navideña, siempre surgen.
Vía | Terra Motor
Foto | anieto2k
